Duermo a tus espaldas
mientras sueño con tus pechos
al otro lado de la montaña.
Miro la oscuridad en que las telarañas
prenden a sus presas inadvertidas
del inevitable destino.
Duermes y tu aliento llena el aire
con el peso de tu noble
existencia
y yo, presa de ti, hago que duermo.
Sueño tus sueños
y los ojos son dos brasas vivas
como el gato que maulla
acariñando a su víctima.
De ti soy todo existencia
en el hilo que me tejes la cuna.
Um comentário:
Que rico!
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